La máquina expendedora se encuentra en el mercado hace alrededor de 120 años. La primera máquina comercial expendedora de tarjetas postales accionada por monedas se introdujo en Londres a principios de la década de 1880. Desde entonces, las máquinas expendedoras comenzaron a utilizarse con frecuencia en otros países europeos antes de adquirir popularidad en los Estados Unidos.
En 1888, la compañía Thomas Adams Gum fue la primera en introducir máquinas expendedoras en los Estados Unidos. La compañía instaló máquinas expendedoras en plataformas elevadas en el subterráneo de la ciudad de Nueva York para vender su goma de mascar sabor tutti-fruti. Adams entendió en ese entonces que la ubicación de las máquinas era el factor más importante.
En 1897, la compañía manufacturera Pulver incorporó figuras animadas a sus máquinas expendedoras de goma de mascar para atraer clientes. La famosa goma de mascar en forma de bola cubierta de dulce que hoy es tan popular se introdujo en el mercado en 1907.
El vending, tiene sus orígenes en los productos de gran consumo del sector de la alimentación, si bien en un inicio las máquinas que más recordamos son las que sacaban (creando una gran incertidumbre entre el momento en el que se introducía la peseta y cuando se conseguía el producto) caramelos y bolas de chicle, la evolución experimentada por estas máquinas ha sido trepidante, y la aceptación en los ámbitos en los que se ha introducido cada vez mayor.
Posteriormente, las máquinas de caramelos se acompañaron de otras que servían chicles, y hacia 1975 ya empezaban a instalarse máquinas de refrescos.
Paralelamente, hay que destacar que con la mejora e incremento de productos que se ofrecían mediante este canal de comercialización, se dio una progresiva profesionalización de las empresas del sector, mejorando la calidad del servicio y los productos como atañe a todos los negocios emergentes, y naturalmente las condiciones higiénicas y de mantenimiento.
El resto de la historia del vending, ya es conocida por todo el mundo, máquinas cada vez en más lugares; fábricas, talleres, edificios de oficinas, lugares públicos, e incluso gasolineras y edificios y espacios públicos, donde se sirven desde cafés y cortados hasta sándwiches, bolsas de patatas, bebidas y refrescos, y naturalmente chicles y caramelos.